El cepillado no debe limitarse a la hora del baño. Lo mejor es integrarlo entre las rutinas de higiene de tu mejor amigo. Este hábito mantiene su pelo limpio, al eliminar el polvo y restos de suciedad. Además favorece su circulación gracias al masaje que proporcionan las púas del cepillo, protegiendo y cuidando su piel de forma paralela. Hay quien acostumbra a cepillar a sus perros después del baño, un fallo frecuente, ya que el pelaje mojado tiende a enredarse más que el seco. En lo respecta a la frecuencia del cepillado, si tu mascota suele acumular nudos, por su pelo rizado o más largo, plantéate pasarle el peine más de una vez al día.
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